El pecado atrae la ira justa del Altísimo

Y el kohen (sacerdote) hará expiación por el que pecó y LE SERÁ PERDONADO. Así el kohen (sacerdote) hará expiación por la transgresión cometida y LE SERÁ PERDONADA. Y el kohen hará expiación por la transgresión cometida.  Así LE SERÁ PERDONADA.

Vaikrá (Levítico) 4:31b, 4:35b; 5:10b, Versión Escrituras Unidad

Leer Vaikrá (Levítico) 4:27 – 5:10

El pecado es el quebrantamiento de un Mitzvot (Mandamiento).  Si El Eterno ordena no hacer algo y el hombre lo hace, entonces comete un pecado y ese pecado ATRAE LA IRA JUSTA DEL ALTÍSIMO, que a su vez produce consecuencias graves; pero al mismo tiempo, El Eterno en Su gran rajamim (misericordia), da al hombre la posibilidad de arrepentirse de su pecado y buscar la reconciliación con Él, para que no le venga todas las consecuencias negativas de su pecado.

En el culto del Mikdash (Santuario) Terrenal, El Eterno instituyó un sistema de expiación y perdón de pecados para Su pueblo, para que Él pudiera seguir viviendo con ellos a pesar de sus errores y rebeldías.  El pecado tiene que ser tratado de una u otra manera.  SI EL PECADOR NO SE ARREPIENTE DE SU PECADO TENDRÁ QUE SUFRIR TODAS LAS CONSECUENCIAS DE ÉL; pero si se arrepiente, El Eterno se vuelve de su ira y perdona al pecador.  Leemos en Mishlei (Proverbios) 28:13, Versión Escrituras Unidad:  “El que encubre su iniquidad no prosperará, pero el que confiesa sus transgresiones y se aparta de ellas, recibirá Jesed (Misericordia, Compasión) de Elohim (El Juez Supremo).”

Sin embargo, como el pecado tenía que ser tratado de alguna u otra manera SURGIÓ EL SISTEMA DEL SACRIFICIO como medio de expiación por el pecado.  El pecado tenía que ser sacado a luz y condenada la persona aún a muerte, según fuera el grado de culpabilidad; y para que el hombre no tuviera que pagar con su vida por su pecado, podía sacrificar un animal (inocente) en su lugar.  Un animalito inocente tenía que morir para satisfacer La Justicia Divina y de esa manera el pecador podía ser perdonado.

ESTO NOS ENSEÑA QUE EL PECADO EN SÍ NO TIENE PERDÓN, ES EL PECADOR, EL HOMBRE, QUE ES PERDONADO, NO EL PECADO.  El pecado es algo terrible que tiene consecuencias mortales para hombres y aún para animales.  EL PECADO NO PUEDE SER PERDONADO JAMÁS, SÓLO EL HOMBRE.  El pecado es abominable ante El Eterno.  Cuando el hombre era perdonado, el pecado pasaba al animalito y el animalito inocente moría en lugar del hombre.  Así vemos que el pecado no era perdonado, pero sí el hombre, como está escrito “Y LE SERÁ PERDONADO”.

Los sacrificios dentro del Mishkan (Tabernáculo) y El Mikdash (El Templo) terrenales, servían para que La Presencia del Eterno pudiera estar en medio del pueblo.  Sin esos sacrificios, El Eterno no podía morar entre Su pueblo en La Tierra.  EL ETERNO AMA AL PECADOR PERO ABORRECE EL PECADO.  Leemos en Yaakov (Santiago) 4:4-5, Versión Hebraica del Código Real:  “¡Gente adúltera!  ¿No sabéis que el amor a lo mundano, enemistad de Dios es?  Cualquiera, pues, que quiera ser amigo de lo mundano, se constituye enemigo de Dios.  ¿O pensáis que La Escritura enseña en vano que La Ruaj (El Espíritu) que Él puso en nosotros nos busca celosamente?”

No obstante, EN EL MIKDASH (TEMPLO) CELESTIAL NO PODÍAN SER OFRECIDOS ANIMALES POR LA CULPA DEL PUEBLO.  Allí hacía falta un sacrificio mayor para que el hombre pudiera entrar en las esferas celestiales y acercarse al Eterno en espíritu.  ESE SACRIFICIO FUE OFRECIDO UNA VEZ PARA SIEMPRE CUANDO YESHUA HA MASHIAJ (EL MESÍAS, EL UNGIDO), SE OFRECIÓ A SÍ MISMO COMO SACRIFICIO POR LOS PECADOS DE ISRAEL Y DEL MUNDO.  Su sangre fue llevada hasta El Lugar Santísimo en El Mishkan (El Tabernáculo) Celestial y de esa manera HAY perdón eterno para todos los que se arrepienten y se apartan de sus pecados, como leímos anteriormente en Mishlei (Proverbios) 28:13.

LA MUERTE EXPIATORIA DE YESHUA HAMASHIAJ ES LA BASE SEGURA Y ETERNA PARA QUE EL PECADOR ARREPENTIDO PUEDA ACERCARSE AL ETERNO.

TRES VECES está escrito en el texto que leímos, el hombre arrepentido es perdonado.  El Eterno no sólo es Perdonador, sino que se deleita en la rajamim (misericordia), como está escrito en Miqueas 7:18-19, Versión Biblia de referencia Thompson:  “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad?  No retuvo para siempre su enojo porque se deleita en misericordia.  Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.”

¡BENDITO SEA EL ETERNO POR SU PERDÓN A TRAVÉS DE SU HIJO EL MESÍAS YAHSHUA!

¡EL SACRIFICIO PERFECTO Y ETERNO!